MAÑANA
SERÁ OTRO DÍA
Despierto
con un mal presentimiento, mi subconsciente me está diciendo que hoy no debería
salir de la cama. Aparto esta sensación y simplemente me levanto y sigo
adelante como todos los días. Esta sensación no es nueva, me acompaña desde que
todo esto pasó. Siento como si cada día fuese a pasar algo malo, como si cada
día fuese aquel día en el que lo perdí todo. Antes esta sensación me
paralizaría, me asustaría, pero si hay algo bueno en perderlo todo es que ya no
te queda nada que perder, no tienes miedo, sabes que por mucho que se esfuerce
el universo ya no puede pasar nada peor. Como dije, sigo adelante, me arreglo,
salgo de casa y voy al colegio. Evito el contacto visual con todos los que me
rodean, no soporto que me miren con pena. Soy fuerte lo superaré sola, no
necesito la compasión de nadie.
E
n las clases presto toda la atención que puedo, debo seguir con mi vida y para
eso necesito graduarme, ir a la universidad y trabajar en lo que me gusta, ella
lo hubiese querido así. El día pasa rápido, sin problemas, hoy solo he ido una
vez al cuarto de baño a llorar, lo cual, es un nuevo record para mí. Empiezo a
pensar que después de un mes de la pérdida de mis padres por fin lo estoy
superando, pero entonces pasa algo que me recuerda a ellos y pienso que nunca
lo superaré, que siempre dolerá y es en ese momento cuando me hundo.
Llego
a casa voy a mi habitación, hago los deberes y cuando ya es de noche me
acuesto. Este es el peor momento de día , el momento en el que pienso en todo
lo que pasó y no logro sofocar las lagrimas al pensar en ellos. Empiezo como
todos los días a repetir en mi mente lo que me decía mi madre cada noche en la
que estaba triste. Estas palabras son las únicas que me consuelan, las únicas
que consigue que deje de llorar, las únicas que me dan esperanza para seguir
viviendo en un mundo sin ellos , son las únicas que recuerdo en estos momentos…
Mañana será otro día.
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