Querido Diario:
Hoy hace seis meses desde que
ella se fue. Hoy hace seis meses del día en que me separé de ella para siempre,
y desde que la vi por última vez.
Cada día me pregunto por qué
siempre se van las mejores personas, y las que más ganas tienen de vivir,
cuando hay gente que se destroza la vida día a día o se la quita. Creo que por
esa razón Dios y yo nunca nos hemos entendido, porque no entiendo que llevarse
al cielo a una persona que acaba de cumplir cuarenta y dos sea la mejor
decisión.
Aún me acuerdo de su olor. Todo
olía a su colonia con solo estar ella presente en una habitación. Y su pelo,
recuerdo lo que le gustaba que la peinara por las noches, antes de acostarse.
Recuerdo la de noches de tormenta
que he pasado acurrucada a ella en su cama. Recuerdo que con ella no sentía
frío, ni miedo. Recuerdo que solía
decirme que yo era lo que más quería. Que me hacía cosquillas cuando estaba
triste y que siempre conseguía hacer que acabara riéndome a carcajadas.
Y entre tantos recuerdos, no
queda ni uno malo.
Yo soy de las personas que
piensan que como de verdad se supera la muerte de un ser querido es hablando de
él, reviviendo todos los momentos que has pasado junto a esa persona, y
pensando que esté donde esté, te sigue viendo y queriendo igual o más.
Soy consciente de que nada
volverá a ser como antes. Nadie volverá a mirarme como ella, ni a sonreírme
como ella. Ni a arroparme por las noches como ella…
Ojalá pudiera volver a verla,
aunque fuera solo para abrazarla y decirle que estamos todos muy bien. Que papá
ya no llora, que Lucía ya no usa chupete ni pañal, y que su primera palabra fue
‘mamá’. Que yo ya sé hacer el pino y que he sacado cuatro sobresalientes.
Me gustaría que supiera que ahora
cuido yo de ellos como ella solía hacer, y que espero que cuando sea mayor,
pueda ser como ella.
Hoy hace seis meses desde que mi
madre se fue al cielo. Pero aunque no la vea físicamente, sé que ella está conmigo.
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